Salatul fatih

Salatul fatih
Oh Allah bendice a nuestro Maestro Muḥammad, el que abre lo que está cerrado y sella lo que le ha precedido, aquel que hace triunfar a la Verdad por la Verdad, el guía hacia el camino recto, y a su familia, conforme a lo que merece su categoría y su inmenso alcance

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Perlas Escondidas de un Sohbet Intemporal

En el Nombre de Allah,
el Misericordioso, el Compasivo




PERLAS DE UN SOHBET DE OTRO TIEMPO

Viví en la dergah de mi amado Sheykh Abdul Kerim, que Allah haga de él mi intercesor en esta y la otra vida junto con Maulana nuestro Sultán.  Estuve allí por algunos meses, conociendo lo que jamás antes mi corazón había conocido.

En cierta ocasión, mientras yo permanecía allí, la visitó también un norteamericano converso al Islam, que en su recorrido fue después al Yemen a estudiar árabe y ciencias islámicas, se casó con una sayyid, y con el tiempo adquirió cierto renombre en Estados Unidos y Malasia o Indonesia como imam y da’i de miles de personas sobre quienes su personalidad ejerce un atractivo fuerte.  Una suerte de fascinación sobre el público oriental.

Es una personalidad islámica que tenía ya en ese entonces una fama que empezaba a acrecentarse, al estilo de lo que antes ya había ocurrido con el muy conocido da’i Hamza Yusuf. 

Vestía el visitante, que había acudido ya antes a la dergah, turbante y túnica blancos.  Al ver a Sheykh Abdul Kerim Effendi, besó sus manos con adecuado adab.

Buscó a Sheykh Abdul Kerim para pedirle consejo sobre ciertos asuntos.  Estuvo 1 día o poco más y obtuvo su consejo y la hospitalidad amigable de los murids.  No era o es murid naqshbandi, sino que está afiliado más bien a algo que se encuentra con mayor facilidad en el Yemen.

Sheykh Effendi habló en uno de los sohbets que dio con ocasión del famoso visitante, perlas que nos dejaron a todos asombrados y con un carga especial en nuestros corazones.

De lo que dijo (el recuerdo no es aquí literal, pero con seguridad transmite el contenido, al menos la superficie del mismo):




Hoy escuchamos hablar en Occidente de esta o aquella tariqa, con presencia aquí en Estados Unidos.  Y muchos afirman que sus shaykhs son EL shaykh de la época.  Miras esta tariqa: te dicen eso.  Miras esta otra tariqa: te dicen eso.  Pero vine a este país cuando nadie había escuchado hablar siquiera del Islam.  ¿Cuántas mezquitas había cuando vine? 

Y he mirado aquí a lo largo de estos años.  Hmm.  Claro que lo afirman.  Pero ¿dónde estaban en ese entonces todas esas tariqas?  ¿A dónde se habían ido?  Una tariqa ha estado aquí todo este tiempo.  Una.  Y con ella se ha abierto el camino, y al abrirse el camino han podido venir otras.  Hablar es fácil.  Que un murid le de títulos a su shaykh es fácil, pero las realidades están allí.

Nuestro camino es Haqq.

He mirado a lo largo de estos años aquí y allí a todo aquel shaykh del que se ha dicho o que decía que tiene conexión directa con el Rasulullah (saaws).  Se dice mucho esto, aquí y allí.  Pero les digo, no es así.  Los he observado y mienten.  No es cierto.

No tienes por qué creerme.  Llamen a todo aquel que diga eso.  Cuando das una afirmación, debes poder tener la prueba.  Que vengan aquí.

Si lo que dicen es cierto, que vengan.  Si tú crees que conoces a alguien así (se dirigía a los murids en general) trae a esa persona, dile que la llamo.

Una sola pregunta. 

Soy capaz de mirar a lo que dicen con una simple pregunta.  No se necesita más.  ¿Cuál es?

¡Ja! si dicen que tienen conexión directa con el Rasulullah (saaws), que vengan y les diré … olvídate ya del sohbet, ni qué hablar, no hablemos de eso, simplemente que me digan … así como cuando nos reunimos aquí para un sohbet, ustedes vienen y se les ofrece un bocado, un dulce, mientras están aquí, ¿no es cierto? 

Si afirman lo que dicen, si en verdad estuvieron la noche de ayer en el Diwan del Rasulullah (saaws) [la reunión de los awliya más perfectos con el Mensajero –saaws- cada noche] … que me digan tan solo: ¿cuál fue el bocadillo que se les ofreció a los que fueron al Diwan ayer?

Simple.  ¿Qué fue?

¡Ja!, pregúntales y verás lo que te digo.  Que me digan la respuesta si la saben.

Pero hoy los musulmanes en su mayoría no creen ya en esto [el Diwan].  Olvídate de los musulmanes.  Ulamas no creen esto.  Qué ulamas.  Si hay hasta shaykhs que no creen en esto.

Así es, se ha perdido la conexión.  Esta es nuestra situación.

(…)

Hoy todos corren a hacer estudios, estudios.  A volverse eruditos.  Masha’Allah.  Qué bien preparados.  Y rechazan con orgullo aquello que puede ser un conocimiento mayor al que tienen.

La inteligencia puede ser una ventaja o puede serte también una trampa.  ¿Te has puesto a pensar?

Dime ¿Con qué inteligencia van a comprender, por ejemplo, que Allah puede crear espacio dentro del espacio o tiempo dentro del tiempo?  Seguro lo han escuchado (1).  Lo han leído quizá como robots tantas veces.  Pero qué tariqas comprenden esto. 

[Sheykh Effendi narra a continuación una historia de un shaykh del pasado en Turquía cuyo murid quería comprender eso, y preguntaba y preguntaba, con tanto afán que al final su shaykh le dijo un día, molesto: visita a tal wali en tal lugar y pregúntale.  

Al llegar, le hace la pregunta, incrédulo, y el wali le da una lección a esta persona que jamás olvidaría después.  

Le hace vivir una vida entera en una fracción de segundo, con un rol de personalidad totalmente distinto, de género distinto, y con un resultado que pone boca abajo toda la vida del murid y deja su orgullo hecho trizas, como un modo de aleccionarlo a que sepa que siempre hay un conocer por encima de otro conocedor, y para que regrese con humildad a su shaykh.  

Todos ríen al escuchar la historia del pobre murid que fue presa de las marañas del intelecto.  En estado alegre, Sheykh Effendi prosigue el sohbet].

Eso es parte del conocimiento mundano, conocimiento que ni siquiera llega a ser aún celestial. 

Si se trata del conocimiento celestial, ¡olvídate! 

Eso es simplemente sobre aspectos de este mundo.  Y siempre hay un wali heredero de ese conocimiento.  Se va uno.  Deja su conocimiento con otro que queda aquí.  Debe haberlo.  Claro que sí.

Ahora mira a quienes se llaman conocedores en las tariqas hoy en día.  Ustedes pueden haber escuchado hablar de las historias de los awliya del pasado en relación a este asunto.  Como la de ese murid.

¿Quién tiene ese conocimiento hoy en día?

Eso es de antes.  Y no crean que ese conocimiento se ha perdido.  Nada de eso se pierde.  ¿Y qué hay de hoy?  La línea del conocimiento no se rompe.

Hmmm. [Sheykh Effendi sonríe]

(Tiempo dentro del tiempo)  Eso también me pasó a mí; sólo que a mí me pasó de buena forma. (Sonrisas)

Ya sabes, si te pones necio, puede que te ocurra como a ése, de mala manera.  Pero si no eres tan necio, tu shaykh podría dártelo pero de una buena forma, si lo ve necesario.

(Sheykh Effendi hace una pausa, meditativo)

Algunos de ustedes me han escuchado decirles en alguna que otra ocasión, que me siento como si hubiera vivido quinientos años ¿no? [Sheykh Effendi sonríe de nuevo, con pausa, mirando hacia adentro]

Como decimos, puedes darle títulos a tu shaykh, pero por encima de todo conocedor, hay siempre un conocedor mayor.  Y el Sultan al Awliya está allí.  Éste es su camino.  Pero ¿en dónde nos quedamos hoy en día?


* * *




En otra ocasión especial, comentaba Sheykh Effendi Hz.:

Es que no tienen despierto el corazón.  Están dormidos y no están haciendo el esfuerzo, pero se llaman a sí mismos murids.

Esfuércense.  Si se estuvieran esforzando aunque sea un poco, algo se empezaría a abrir para ustedes, definitivamente.

Con que solo pudieran escuchar aunque sea unos pocos segundos el sohbet que da cada día el Rasulullah (saaws), quedarían tan inundados por la belleza y la majestad de lo que hay allí …

Pero no escucharán ni un par de palabras a menos que se esfuercen.  Y dejen de soñar despiertos.


______________

NOTA:

(1) Como la duración en nuestro mundo de la Noche de la Ascensión y la duración de ésta en tiempo del Mensajero, saaws, durante el trayecto.


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